lunes, 26 de noviembre de 2007

MI MADRE

Les parecerá raro que lo ponga todo con mayúsculas pero ella era de esas madres toda con mayúsculas.

Desde que tengo uso de razón mi madre escribió. era un talentosa poetisa y escritora de las más maravillosas historias que quiero compartir con ustedes.

Una genia, que me dejó su herencia por gusto y no por talento. A mi también me gusta escribir, pero no lo hago tan bien como ella. Pero, hay que seguir intentando, hasta que alguien me diga no escribas más porque sos muy mala. No creo que nadie se atreva. Entonces me voy a aprovechar de la situación.

QUIMERA
Mi ilusión fue un sueño,
mi sueño, una quimera
mi quimera se realiza
en la noche de los tiempos.
Mi silencio diría tantas cosas
si tuviera palabra
cuántas cosas diría si tuviera voz.
Mi voz gritaría
en la noche del recuerdo
aferrándose a la vida
que parece se me va.
Que vacía que me siento
dentro de tanto gentío
Si mi alma siente frío
y el frío me abraza más
a mi vida ya vencida
que ya no tiene alegría
en vida muerta ya está.
Nada importa ya a mi alma
todo, todo ha terminado
reniego de la vida
que vine a hacer a este mundo.
Este mundo tan mezquino
que me ahoga sin cesar.
No tengo apego a la vida
ya todo me es igual.
Dirás que soy pesimista
pero es la pura verdad
ya todo me da lo mismo.
Morir,...vivir...para mi es igual.

Espero que les haya gustado. Este lo escribió hace más de 20 años. Yo siempre le decía que alguna vez los ibamos a publicar. Bueno, era una deuda que tenía y que de alguna forma pagaré, compartiéndolo con ustedes. Ah, lo derechos de autor están reservados. Jaja..

martes, 30 de octubre de 2007

La imagen de mi Padre

Cuando hablo de mi padre me lleno de orgullo. Siempre ocurre que uno cae en la conversacion de "cómo era tu papá".

Mi papá era un fuera de serie, creo que el mejor. Seguramente vos estarás pensando lo mismo del tuyo, en este momento, y me parece bárbaro. Pero yo te voy a hablar del mío en especial.

Comenzó a trabajar cuando tenía 6 0 7 años. Tenìa un carrito y vendía por la calle desde pescado, como su padre , pasando por las frutas y las verduras. A los 14 años ya tenía carro y caballo propio. Hoy sería como tener un buen auto para ir y venir de tu trabajo.

Tenía su bandita de amigos que eran inseparables, Francisco Melena, al que no conocí, pero del que mi padre siempre hablaba con mucho amor. Eran como hermanos, y caroña. A caroña lo vi un par de veces. Cuando mi padre ya era anciano, lo llevamos, con mi esposo un par de veces a verlo. Este tenìa una casa de articulos usados en Lomas de Zamora. Pasaron la tarde juntos recordando viejas épocas.

Agradezco hoy haberlo llevado y que no le haya quedado en el tintero. Sus caras estaban iluminadas cuando hablaban de sus aventuras de chicos y jóvenes.

Me contaron que una vez cuando "iban a la manzana", los tomó por sorpresa un día demasiado frìo y durmieron en la ruta debajo del carro. Casi mueren congelados. Nunca pararon, a pesar de esto.
Ustedes se preguntarán que significa "ir a la manzana", les cuento que yo pensé lo mismo cuando ellos lo dijeron y como buena curiosa pregunté.

Cargaban el carro de papas o de lo que fueran a vender y salían varios días por la ruta recorriendo pueblitos , Brandsen y demás, vendiendo por las calles. Cuando la mercadería se terminaba, volvían a casa.

Pienso en el sacrificio que esto significaba...

No solo esto hizo. Todo el mundo lo venìa a buscar cuando tenían que comprar caballos. "si querés comprar un caballo bueno, llevalo a
Mingo,"el gallo". Ese era el apodo que su familia le habìa puesto, ya que cada hermano tenía uno diferente y así se llamaban entre ellos. Quizá sea motivo de otra entrada de mi blog los apodos de su familia.

Luego fue feriante. Se levantaba a la una de la mañana cuando mi mamá y yo nos acostábamos porque ya tenía que levantarse y salir a trabajar. Toda la vida durante cuarenta años. Lluvias, tormentas, inundaciones, heladas. Claro no hay cuerpo que aguante.

Cuando se enfermó, ya viejito, sabíamos que ese cuerpo se deterioraba porque había trabajado demasiado y se lo estaba cobrando.

Fue un padre ejemplar, como decìa mi madre. Nunca me dijo te quiero, no con palabras pero me lo demostraba todos los días de mi vida. No recuerdo un solo día que no me haya llevado e ido a buscar a la escuela, inclusive en secundaria. Todos los días, durante tres años, me sirvió el desayuno en la cama antes de irme al profesorado... Pavadita de Papi.

No pasó una tarde, mientras enseñaba en casa que él no viniera con el mate para hacerme compañia. " qué rico está este mate, Pa". " No te traigo más", me decía riendo.

Hoy, hace dos años que no está conmigo físicamente, pero su presencia es tan fuerte como cuando estaba conmigo en cuerpo. Se que su alma me acompaña y me protege todos los días de mis vida. Pero Còmo duele estar sin vos, Papi. Te amo Mucho. Nos vamos a ver, seguramente cuando me arrugue en unos años y decidas venir a buscarme par llevarme con vos. Mientras tanto te agradezco que estes ahí.

miércoles, 24 de octubre de 2007

El Tío Domenico

Era frecuente escuchar hablar del hermano de mi abuela. Mi madre lo llamaba el tío Felipe. Ella asociaba que como sus hermanos se llamaban Felipe y Francisco, seguramente el hermano de su mamá, era Felipe.

Me encontraba buscando su entrada a los Estados Unidos y me resultaba imposible. Comentándolo con mi tía Cándida, la hermana de mi madre, me respondiò:

- Claro, no lo vas a encontrar porque el hermano de tu abuela se llamaba Domenico.

Se imaginan, corrí a mi computadora y volví a colocar los datos que de él tenía y ahí estaban, un montón de Domenicos. Había que descubrir cuál era el correcto. Busqué por lugar y seleccioné algunos posibles.

Hace mucho tiempo mi madre me había contado que mi tatarabuela le guardaba a mi abuela abajo de la almohada los coditos del pan, ya que a ella le gustaban mucho.

Mi abuela tenía unos 8 o 9 años de edad. Una noche, cuando fue a acostarse buscó debajo de su almohada y no encontró los coquitos. Desesperación.
Domenico se reía en su cama porque él había llegado primero y se los había comido.

Ustedes se preguntarán qué hizo entonces, Elisabetta. Bueno, resulta que ni corta ni perezosa le tiró a su hermano con un tenedor que le pegó arriba del ojo. Domenico estuvo mudo del susto un montón de días, pero jamás volvió a repetir esa hazaña.

Se preguntarán qué tiene que ver esto con la llegada de mi tío a los Estados Unidos...

Resulta que cuando aparté los pasajeros seleccionados, solo había un Domenico que tenía una cicatriz arriba de su ojo.

Por eso, si buscas a tus antepasados, grabate los detalles de las historias contadas por los "mayores" de la familia. Uno nunca sabe cuando un detalle mínimo, y aparentemente sin importancia te puede servir.

martes, 9 de octubre de 2007

Un Amor muy Especial

Grazia venìa de una familia muy humilde. Ella se enamorò de Filippo que era de una familia muy adinerada de Mammola. Sus padres se opusieron a la uniòn, asi que Filippo fue amenazado.

Mucho no le importò y se casò con su amada Grazia. En ese momento quedò desheredado.

De todas formas ellos viveron su Gran Amor, del cual naciò Domenico. Cuando èl pequeño tenìa cuatro años, Grazia volviò a quedar encinta. Asì, las cosas se complicaban.

Filippo no se acobardaba e iba trabajando y haciendo "changas" donde podìa para llevar el pan a la mesa.

Sus padres tenìan grandes olivares y se enterò que el capataz estaba tomando peones, asì que allì fue.

Cuentan que estaba empujando un gran tonel de aceite y se resbalò, pasàndole el tonel por encima, matàndolo.

Grazia no volviò a formar pareja y criò sola a sus hijos, Elisabetta y Domenico. Viviò con sus padres que la ayudaban mucho a pesar de ser muy viejecitos.

Grazia fue una mujer muy sufrida y muy encerrada en ella misma despuès de la perdida de Filippo, de la que no se recuperò jamàs.

domingo, 7 de octubre de 2007

Empezando

Cuando pienso en genealogìa, pienso en la historia y las historias que mi familia de antepasados encierra.

Desde muy pequeña pude escuchar historias de todas clases de boca de mi madre y mi tìa "Càndida". Ellas solìan reunirse a tomar mate y recordar cosas de su infancia que a mi me apasionaba escuchar.

Podìa escuchar la misma anècdota cien veces y cada vez tenìa un sabor diferente. Es maravilloso haberlas visto disfrutarlo y revivirlo. Ellas tambièn han estado entusiasmadas con esto de reconstruir la historia familiar.

Lo primero que quiero narrar es la anèdota en que aquella vez la abuela Grazia habia ido a lavar al "yume" la ropa.

Mi abuela "Elisa" la acompañaba. De travesura en travesura mientras su madre trabajaba ella se metiò por debajo del alambrado en el bosque para sacar las naranjas.

Juntò y juntò en su delantalcito hasta que viò venir al guardabosque. Se acercaba con paso firme. Elisa corriò y corriò sin soltar las naranjas: - Mamma, mamma- llamaba deseperada. Al escucharla Grazia se acercò al almbrado donde Elisa trataba de pasar por debajo sin querer perder su botìn.

-Ahì viene, ahì viene- gritaba. Grazia le explicò que no podìa pasar por un lugar tan pequeño con tanto cargamento.

Le hizo dejar las naranjas y una vez del lado seguro le explicò que allì no habìa nadie. Que ese hombre que ella habìa visto, hacìa mucho tiempo que estaba muerto.
-Cuando te pase eso solamente tienes que maldecir y escupir-

Grazia estaba acostumbrada a ver apariciones de ese tipo y no le asustaba como sì a Elisa.

Me encanta esta anècdota porque me transporta a un siglo atràs y mi imaginaciòn comienza a andar. Mi madre lo contaba con detalles y mucho suspenso.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Recordando

Qué bueno recordar a aquellos que ya no estàn pero que dejaron huellas en nuestros corazones y nuestras vidas. Al principio el dolor es tan grande que uno no logra focalizar momentos que refresquen el alma. Todo es llanto y ausencia.
A medida que los meses pasan se vuelve mas claro todo y sí por supuesto, creés que te volveràs a encontrar con esa persona, la espera y el recuerdo son mas ligeros y fàciles de llevar.
Quien no perdiò alguien y en el primer momento dijo "No puedo seguir".

Entonces comienza a abrirse la mente y los recuerdos y las imàgenes empiezan a fluir como de un álbum de fotografìas. Las fotografìas que llevamos en el alma y que jamàs pueden borrarse, ni velarse. Esas que no corren peligro de que la humedad de los años las vuelvan mohosas y amarronadas.

Sì, solamente tenès que buscar ahì adentro, se que en algùn lugar las vas a encontrar. Y si lo logras, disfrutalo. Con sonrisas, con risas como si ellas estuvieran pasando delante tuyo como en una pelìcula, con ternura . Lo bueno, es que no tenès que esperar que tu canal favorito las repita. Vos sos el dueño del momento y el lugar de tus recuerdos. Y podès repetirlos y repetirlos y repetirlos las veces que quieras o que necesites.